En los lugares sin esperanza, es difícil creer que algo pueda ser bueno, porque la desesperanza es abrumadora. La oscuridad se vuelve más oscura, y no hay lugar para cosas como la visión o la alegría.
Es difícil ser disciplinado o impulsado o ligero, porque la desesperanza es una habitación asfixiante.
Lo contrario es poderosamente cierto, entonces, en los espacios de esperanza.
La esperanza es una confianza profunda, una resistencia intensa, un lugar de verdadera seguridad y confianza. La esperanza es la sustancia de lo invisible. La esperanza nos ayuda a saber que nuestro sufrimiento puede perdurar por este momento, pero que ya estamos en movimiento hacia un espacio pleno y vivificante.
Este es el trabajo que hacemos. Luchamos por la esperanza en lugares que antes no tenían esperanza. Creemos que la esperanza es la herramienta esencial, una pieza crítica, para que nuestros jóvenes y sus comunidades salgan adelante, crezcan y alcancen sus sueños.
La misión es masiva y la oportunidad está madura. Te unirás a nosotros para llevar la esperanza a comunidades de todo el mundo?
